Sólo a través de mi intuición veía posible una teoría que tocara los puntos a continuación. Llegué a toparme con la idea mediante un libro que habla de las intersecciones entre el Budismo y el Cristianismo... Aunque el término Apocatástasis sea absolutamente nuevo para mi, y lo de abajo un mero extracto de Wikipedia, me parece que define el amor infinito de Dios hacia su Creación y la esperanza de restablecer la armonía inherente, vivamos o no para verlo.
En mi noción de justicia, la profundidad de nuestras decisiones, la libertad que conlleva el libre albedrío, la causa, el efecto, me parece un trato justo. Delineando mi propio panteísmo/panenteísmo, hasta la propia personificación del mal i.e. "Lucifer" o como quieres llamarlo merece reivindicación.
Si es que la quiere, claro.
Apocatástasis Es propio de la bondad de Dios -dice Orígenes- el que se manifieste por la creación y de su inmutabilidad el que cree desde la eternidad. El mundo de los espíritus, entre los que hay que incluir las almas de los hombres, es la primera manifestación o comunicación del Padre llevada a cabo a través del Logos. Todo humano fue creado ab aeterno y todos igualmente perfectos; y como la bondad no les pertenece por naturaleza, tendrán que decidirse a ella mediante el recto uso de su libertad. El abuso de la misma tuvo como resultado la creación del mundo sensible; en él se encuentran como en lugar de purificación mientras están como presos en cuerpos materiales. Esto no obstante, llegará el día en que todos los espíritus vengan de nuevo a Dios y aunque tengan que sufrir un fuego purificador, finalmente todos serán salvos y glorificados.
En lo expuesto hasta el momento en Orígenes ha sentado dos principios;
- Que Dios, como consecuencia de su bondad suma, ha tenido que ser el creador de unos seres espirituales y de un mundo sensible;
- Que dichos seres, con la prerrogativa de la libertad, son la única causa de la existencia del mal en el mundo.
En efecto, si Dios ha sido el principio, solamente Él puede ser el fin, "pues siempre fue semejante el fin a los comienzos", y se podrá decir que el mundo habrá alcanzado su finalidad en el momento en que la connatural resistencia entre la muerte y el demonio de una parte y Dios de otra haya desaparecido totalmente. Todos los espíritus, creados libres por Dios, conservarán eternamente su libertad y podrán simplemente elegir entre el bien y el mal: los demonios convertirse en ángeles, y viceversa, mientras que los hombres se convertirán en ángeles o demonios a no ser que hayan merecido seguir siendo hombres. No obstante, dicha evolución conocerá su término dado que la redención operada por Cristo tuvo por finalidad la restauración de todas las cosas; sin duda alguna, esta redención hace sentir paulatinamente su eficacia hasta el punto en que NADIE SERÁ SALVADO CONTRA SU VOLUNTAD. El mal no puede prevalecer con el dominio del mundo; si Dios lo permitió fue con vistas al bien; por tanto, las mismas penas de los demonios y condenados en el infierno no tienen otra finalidad que servir de enseñanza y de medicina. Así, pues -continúa Orígenes-, llegará un día en que todos los seres inteligentes, incluidos Satanás y ángeles rebeldes, entrarán de nuevo en amistad de Dios y Él "
será todo en todos". Entonces todo lo no espiritual volverá a la nada y la unidad originaria de Dios y de toda criatura espiritual será restaurada.