Nota: Si perciben mi narración serena o si les parece algo clínico el deshebrar mi pseudo-muerte les comento que ya pasó shock, llanto, asimilo, alegría/festejo y ahora procedo a la interjección existencial; compartir con ustedes queridos vía wall la irónica observación.
Retomando el arquetipo. Cuando leo a este par suelo pensar que el sabio, el héroe, el rebelde, la prostituta, el mirrey se encarnan a si mismos en algún tipo de fábula, mito, antro/cruda. Por lo regular no pienso que aquella persona sabia, heroica, subversiva, de moral distraída o de camisa desabrochada al ombligo se te aparece en pleno esplendor, ósea, cara a cara, mano a mano, duckface a duckface. Finalmente el sabio para los sabios, bíblicamente el Rey Salomón tuvo su humanidad y sus mujeres y las mujeres a Salomón. Hay excepciones más el humano en sí es un pastiche de arquetipos. Mi punto es, el arquetipo como tal se manifiesta a sí mismo en el mundo puro y preciso de la Forma (Platón), lo que para mi anécdota se vuelve algo desconcertante.
Y así lo sucedido…
Un día como ayer, hoy o mañana, R y yo nos metimos al mar, un spot entre rocas que dos días antes recorrimos como nuestra alberca, segundos jugando sintiendo que subía marea y otro parpadeante una corriente obligó a mis pies-ambos, consigo cuerpo y cordura a lo que se sintió como kilómetros de la orilla, procedí a nadar como si estuviera soñando- dormida sin llegar a ningún lado, o como escarabajo boca arriba, lo cual si alguna vez han visto, movimientos poco o nada productivos. Deletreado en los ojos de R una mirada que sólo imagino espejeó la mía, simultáneamente mientras shuffle repeat “NADAR COMO ESCARABAJO” - tragar vía nariz, boca, oídos lo que en memoria de semi-pánico parece como un garrafón de agua diluida en alka-seltzer. R me grita, venía hacia mi para ayudar le digo, “nada tú a la orilla”… ya que en mi lógica pienso que nuestro caso es al inverso de las boobs de una mujer, un ahogado es mucho mejor que dos. Transcurridos fueron pocos minutos reales y una vida metafórica. Entra en escena un salvavidas robusto y a robusto me refiero Gordo, nos extiende el flotador, R me lo acerca y le pide al joven gordito que por favor apoye a la señorita revolcada. Entra en escena salvavidas número dos: joven Sólido que firmemente nada hacia R, cortamos corriente mientras nos tranquilizaba el dúo, yo sólo saboreaba la orilla y me auto-prometía todo lo prometible. La orilla nos readoptó con la inamovilidad de los de rojo y blanco: El Gordo y El Sólido, con otras cuantas decoraciones de por medio- el crowd de espectadores que la exhibición había atraído, una familia mexicana, aderezada de unos señores estadounidenses (de L.A.), et al. Recibimos aplausos a nuestra llegada. El Gordo y El Sólido ni siquiera esperaron un abrazo.
No quisiera esquematizar en mucho más detalle después de todo eso ya que al principio prefiguro que el arquetipo se me iba a manifestar casi como Superman en la playa... Si se fijan está bastante literal el asunto.
Arrastrada: Michell
Corriente: Ignorancia
Ahogando/Ahogado: Michell y R
Salvavidas: Gordo y Sólido
Orilla: Presente
Espectador: Mexicano/Estadounidense/Inserte nacionalidad
Lo que más agua por los ojos me sacó este incidente es la elección que cada participante tiene en todo el show. Sin ponerme muy selección literaria Sanborns, como diría un profesor, si puedo escoger ser la ahogada, el salvavidas o el espectador escojo ser la Orilla y si no tengo la elección como fue en esta ocasión, me despliego de gracias infinitas hacia aquellos que se preparan e interponen, gordos y sólidos, flacos, altos y medianos, inalterables ante corriente y le dan un flotador a aquellos en su ignorant bliss.
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